Hoy voy a centrar mi post en una reflexión sobre la situación actual del comercio y de la economía mundial, donde pretendo explicar a través de un ejemplo, en qué situación nos encontramos y cómo hemos llegado a ella.
Quizás te preguntes porqué una agencia de publicidad en Valencia publica un artículo sobre este tema en su blog… pues bien, lo hacemos en primer lugar porque es una situación que nos afecta a todos, a los mas grandes y a los más pequeños, y creemos que es imprescindible entenderlo y tenerlo en cuenta. Y en segundo lugar porque lo que se puede extraer al leer este artículo es totalmente aplicable a nuestro “microentorno”, es decir, al modelo de negocio y estrategia de marketing de cada sector y empresa.
La cuestión es que el presente de la economía mundial es el mañana de ayer. El ayer en el que la globalidad del comercio nos hacía plantearnos cuestiones como:

  • “El comercio explota a un país y lo empobrece si sus trabajadores reciben unos salarios muy inferiores a los de los trabajadores de otros países.”
  • “La cuestión no está en preguntarse si los trabajadores de bajos salarios merecerían cobrar más, sino en preguntarse si ellos y su país están peor exportando bienes basados en salarios reducidos de lo que lo estarían si rechazaran participar en un comercio tan degradante.”

Son dos puntos de vista que, a menudo servían como base de profundos enfrentamientos entre los políticos de “izquierdas” y “derechas”, cada uno defendiendo sus ideales altruistas o sus más bajos intereses.
De cualquier forma, en el hoy que nos ocupa basta con echar una mirada a China para comprobar el resultado de la explotación occidental basada en su mano de obra barata, y preguntarnos:

  • ¿Realmente esa explotación ha empobrecido al país?
  • ¿Los modelos económicos que han sido válidos hace apenas unos años, pueden seguir guiándonos en el presente?

Ejemplo: Comparemos lo que ocurre con el comercio de dos países hipotéticos: Euritonia y Landerburgo.

Euritonia es un país desarrollado, con una fuerte red empresarial. Está especializado en fabricar tractores para labores agrícolas. Sus trabajadores están altamente cualificados, cobran buenos salarios por su trabajo y tienen derechos sociales que les hacen disfrutar de todo tipo de servicios de calidad.

Landerburgo es un país con grandes extensiones de tierra para cultivar todo tipo de vegetales. Su mano de obra es abundante y 65 veces más barata que la de Euritonia. Carecen de cualquier tipo de cobertura social y sienten verdaderos deseos de trabajar, aunque sólo saben hacerlo con sus propias manos, no tienen estructuras organizadas, modelos de negocio ni mucho menos estrategias de marketing.

El origen de la relación económica: Euritonia tradicionalmente venía comprando a Landerburgolos vegetales ya que le interesaba más que sus trabajadores se dedicaran a fabricar tractores que a cultivar. Lógicamente el precio que consigue para sus vegetales es mucho más bajo que el que conseguiría cultivándolos en su propia tierra. Hasta aquí se cumple el modelo económico llamado Heckscher-Ohlin que las facultades de economía enseñan a sus discípulos como principios fundamentales.
Pero más tarde, en un intento de optimización empresarial, sesudos comerciantes pensaron que si llevaban tractores a Landerburgo la producción de vegetales podría conseguirse aún más barata. Efectivamente, así sucedió durante algunos años, durante los cuales Euritonia consiguió aumentar su nivel de riqueza y bienestar considerablemente. Sin embargo algo desconcertante sucedió, durante esos años de bonanza en Euritonia.
El presente: Los trabajadores de Landerburgo han aprendido a fabricar tractores tan técnicamente buenos como los que provenían de Euritonia y la consecuencia es clara: Landerburgo ya no necesita a Euritonia pero Euritonia sigue necesitando los vegetales provenientes de Landerburgo, que han subido de precio hasta el punto de obligar a los  trabajadores de Euritonia a tener que cultivar sus propios vegetales por sueldos iguales a los que cobraban los trabajadores de Landerburgo años atrás.

Seguramente a lo que nos enfrentamos los occidentales en el presente sea esta última situación que hemos explicado a través del ejemplo: ajustes del gasto, salarios más bajos, recortes sociales,…  todo ello hasta nivelarnos con los países de economías emergentes a los que hemos estado desviando nuestra base productiva.
En definitiva, y esta es mi opinión personal, no podemos escapar de las leyes de la física, cuando algunos decidieron que la economía mundial sería mejor eliminando las barreras arancelarias y creando el mercado global, tendrían que haber contemplado la teoría de los vasos comunicantes que ya Galileo estableció: “cuando echamos un mismo líquido dentro de diversos recipientes conectados entre sí, incluso si tienen distinta forma y tamaño, la altura que alcanza es la misma en todos ellos” Por tanto, una vez conectados los países por la libre circulación del comercio, es inevitable que el nivel de bienestar tienda a equilibrarse y que durante ese proceso unos países ganen posiciones mientras que otros las pierdan irremediablemente.

Te invito a que manifiestes tu conformidad o reparos con esta teoría. Con ello no arreglaremos el mundo pero nos ayudará a entender donde estamos y hacia dónde vamos.

Próximamente publicaré un post con los comentarios más interesantes recibidos.